09 noviembre 2006

De la ensaimada considerada como una de las bellas artes


Lo flipo. Qué expresión más horrible, pero qué de moda está. Debe de ser porque cada día nos desayunamos con cosas más absurdas.

El último capítulo de estos particulares episodios nacionales arranca en los aeropuertos gestionados por Aena. En uno de estos viajes de ida y vuelta a los que tan aficionados somos por estos pagos -y no me refiero a los que se hacen montado en un avión-, hemos vuelto a rizar el rizo. Que sí, que no, que caiga un chaparrón. La ensaimada sí, la ensaimada no, la ensaimada madre me la como yo.

Tras afirmar rotundos que por motivos de seguridad no podremos subir a la cabina del avión ni maquillaje líquido, ni cremas, ni mantequilla, ni vaselina, ni gel, ni champú, ni queso de untar (?), ni artículos de similar consistencia, salvo en cantidades que no superen los 100 ml (??) individualmente o 1 litro en conjunto (???)..., ahora va la ensaimada -con toda su cremita pastelera dentro- y visto el follón que se monta nos la indultan.

Y digo yo, ¿por qué no nos absuelven también el queso de untar? Sobre todo cuando a nuestra estimada sobrasada mallorquina -con lo que se parece a la goma-2 pura, oiga, que le pregunten a mi estómago-, que en principio también debía ser facturada, ahora ya nos dicen que no, que si se ha retenido en algún caso es por "desconocimiento preciso de la norma" de los agentes de seguridad.

Aaaaah. Vaya. Así que queso de untar no, sobrasada sí, mantequilla no, ensaimada sí... Bueno, no sé qué entienden por "similar consistencia", pero siempre puedo comprar todo en las tiendas del aeropuerto allende los controles de seguridad, donde por un módico precio me lo proporcionarán "neutralizado" de modo que no pueda secuestrar con él el avión completo con su pasaje.

Y si podemos subir ensaimadas al avión -normalmente rellenas de crema o cabello de ángel-, ¿podremos subir un bote de crema pastelera o de cabello de ángel SIN ensaimada? Porque esto se está complicando mucho. Compadezco a los agentes de seguridad. A este paso les van a tener que dar un curso de capacitación para la aplicación de las nuevas normas. O eso, o cada uno acabará haciendo lo que buenamente le parezca y menos le comprometa. Con lo que los cabreos con los pasajeros estarán asegurados. Qué bien lo vamos a pasar.

Lo que está claro es que la ensaimada va a ser el mejor salvoconducto.

Cosas tan difíciles de identificar como la pasta de dientes siguen proscritas. Dada la tendencia a perder maletas que tienen ciertas compañías, y la alta estima que tengo a mis dientes, en mi próximo viaje me voy a comprar una ensaimada y la voy a rellenar de Licor del Polo. O similar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hemos llegado a un punto en que el tema de la seguridad nos provoca bastante incomodidad y sin embargo sigue sin estar garantizada mínimamente. Todos hemos pasado los controles de un aeropuerto en alguna ocasión pensando que podíamos haber colado cualquier cosa, si realmente se quiere creo que no es muy dificil. Todas las medidas que se toman podrán ser un elemento disuasorio y será algo más arriesgado, pero para un terrorista que está dispuesto a dejar su vida poca importancia tendrá hacer volar un avión o un control. Sin duda es necesaria una seguridad, pero esta debe ser aplicada racionalmente. De momento los terroristas han conseguido uno de sus objetivos: hacernos sentir vulnerables.

guyamo dijo...

Pues totalmente de acuerdo. Ya éramos vulnerables, seguimos siéndolo. Ahora somos más conscientes.
Pero como bien dices, a un terrorista dispuesto a suicidarse a lo Sansón ("Muera Sansón y los filisteos...") es difícil que esto le pare los pies.
Lo que está claro es que nos incomoda a todos los demás, MUCHO, para obtener muy POCA seguridad adicional a cambio.
Me pregunto si en lugar de prohibir la vaselina no sería mejor invertir por un lado en tecnología para detectar amenazas y por otro en apaciguar este alborotado mundo...